Me gustaría plantear sobre el siguiente tema:
Cuando los padres ya son mayores, el cuidado de los mismos en ocasiones suele recaer en uno sólo de los hijos (si es que existen varios).
La buena conciencia de este hijo, y también la responsabilidad, en estos casos está funcionando perfectamente, pero parece no suceder lo mismo con el resto de los otros hijos, que si pueden escabullirse y ahorrárselo, se lo ahorran, y sin ninguna clase de remordimiento.
Mi pregunta sería:
¿cómo es que parece no funcionar ninguna clase de conciencia ni deber hacia estos padres mayores, por parte de dichos hijos? ¿Pueden haber enredos sistémicos en esa falta de atención?
Muchas gracias por todo
Bart
Hola Bart,
La buena conciencia reparte los roles de modo que cada uno actúa totalmente tranquilo. Se trata del juego de la buena y mala conciencia.
Entre los hermanos, hay un reparto inconsciente de los roles. El hermano pequeño es el que recibe más amor de todos y, por lo tanto, el que se siente más en deuda con todos. Los más mayores le dan su cariño a cambio de que este hermano pequeño haga algo por ellos: cuidar a los padres mayores, sufrir una enfermedad, etc.
Todos sienten buena conciencia. Y aquí es dónde se ve claramente que seguir a su conciencia no es un buen criterio… En la buena conciencia no hay amor, sólo miedo a la culpa. La buena conciencia es del niño, el adulto aguanta la mala conciencia, sabe que es el precio a pagar para dejar los enredos y alcanzar la autonomía.
¿La solución amorosa? Es que uno tenga la valentía de dejar de sentir buena conciencia y se plantee como Adulto qué es lo que conviene hacer.
Cuando un hermano rompe el pacto inconsciente, los demás se enfadan con él, le excluyen de su seno. Pero esta ruptura del pacto es una oportunidad de crecimiento para cada uno.