Anoche mi hija de 17 años me pidió algo material y yo no podía dárselo. Le dije que sí según un primer impulso y luego al hacer cuentas tuve que cambiar mi decisión porque vi que no era posible en este momento.
Me reclamó con razón que lo hiciera así pero yo me sentí culpable y enfadada… y solté cosas como «yo siempre hago todo lo que puedo por ti, no es justo que me reclames». Me doy cuenta de que mi enfado, que no era hacia ella directamente, fue desmedido. Ella estuvo muy triste toda la tarde, sin ninguna intención de manipular la situación, porque se notaba su esfuerzo para actuar con normalidad.
Esta mañana leyendo uno de tus libros leí «¿Los padres van diciendo a los hijos lo que hacen por ellos?» La ayuda buena es silenciosa» Me di cuenta de en mi reacción hubo desorden pero no sé por qué reaccioné de esta forma desmedida y que es lo que tengo que ver para que esto no vuelva a ocurrir más… porque ya me ha pasado otras veces y realmente ella no se lo merece en absoluto.
¿Crees que es posible que ese enfado-culpa que estallan cuando no puedo darle todo lo que me pide oculta algún tipo de intrincación?
Muchas gracias por tu ayuda Brigitte, un abrazo!
Eso tiene todo el sentido para mi, porque me reconocí en la reacción de mi hija.
Muchas gracias Brigitte, comenzaré a trabajar en ello de inmediato.
Un abrazo 🙂
Pilar, posiblemente estabas reproduciendo una situación que pasó entre tú y tu madre.
Te ayudará limpiar la relación con tu madre, haciendo el ejercicio de «Encontrar nuestro lugar».