Hola Brigitte,
Para esta ocasión me gustaría consultarte por la siguente situación.
Hace 6 años acepté encargarme de un negocio donde pude armar un proyecto acorde a mis valores:
Así lo hicé y lo he querido como a un hijo. Un lugar de trabajo donde mi equipo era feliz trabajando y aportando día a día con sus talentos , nuestros clientes volvían a sus casas renovados y llenos de lindas experiencias y el lugar estaba lleno de vida y alegría.
Hace pocos meses mi padre (junto con sus socios minoritarios) vendió este proyecto con el inmueble a un amigo de la familia que estaba necesitando escapar de la crisis y empezar de cero .
Mi padré accedió a pesar de que su socio minoritario no estaba muy de acuerdo,
Con esta acción , yo sentí a nivel muy profundo que habiámos fracasado en mi objetivo final para con la Empresa : Revalorizarlo y venderlo a través de una exitosa venta .
Esté hombre compró solo una parte e hipotecó el resto .
Pues bien , cuando llegó con su familia tanto mi equipo y yo les esperamos con la mejor voluntad e hicimos todo lo posible para hacerles sentir como en casa ya que ninguno tenía experiencia en este tipo de trabajo y eran primerizos en el lugar.
Al poquito de llegar, ya este hombre comenzaba a demostrar con palabras y actitudes la desconfianza hacia el personal que poco a poco se fué convirtiendo en desprecio , falta de pago y autoridad en exceso.
A pesar de eso yo me quedé un tiempo más con ellos en un desesperando intento de cuidar y proteger el buen nombre y lo que había considerado mi proyecto durante estos años.
Hasta tal punto que yo me vi envuelta en una situacion de sometimiento «consentido»en la que casi quedo convertida en su secretaria sirviente a pesar de haber sido yo la encargada y creadora del lugar.
Brigitte ,es como si yo hubiera perdido mi fuerza profesional y ahora está por los suelos.
Estoy necesitando reforzarme a mi misma, hacerme valer y pasar página para seguir adelante en la toma de mi autonomía .
Un abrazo y Gracias
Querida Brigitte, desde el 2011 yo fuí nombrada socia minoritaria de ese negocio. Sin embargo y dejando a parte este detalle, reflexiono sobre mi actitud y me doy cuenta de que una gran parte de mi sigue en victima. Gracias por hacerme reaccionar, poniendo luz a todo como es y a todos como son. Ni más ni menos. Un abrazo
Hola Laura,
un proyecto, una empresa, en cuanto nace se independiza de quien la creó y se transforma en un bien público, no es ya de nadie, es de todos y está al servicio de todos: creador, clientes, empleados. Y todos son sus colaboradores.
Toda empresa, o proyecto, tiene un principio y un final. Y aceptar cerrar un proyecto permite renacer con nuevas fuerzas y nuevos objetivos.
Una empresa es dirigida por los socios. Por los que ponen el dinero.
El orden aquí ha sido infringido en dos momentos.
Uno,por ser la hija del socio mayoritario despreciabas a los socios minoritarios.
Y dos, cuando el comprador en vez de respetar la antigüedad de los empleados de la empresa, los desprecia. Por lo que nadie quiere trabajar para él. Menos tú, pero a cambio, más o menos, pierdes tu dignidad…
Momento duro, pero nueva oportunidad para tu creatividad y tu servicio a la vida.
Un abrazo