Querida Brigitte, tengo una amiga con la que me doy cuenta que hay una fuerte resonancia entre las dos que nos ha impedido estar en nuestro adulto. Ella está sufriendo, y está por ende en el estado padre (del padre al niño, o el estado padre del niño…), lo cual entiendo que significa que yo tampoco logro ponerme en mi adulto con ella. La última vez que estuve con ella acabé harta, aguanté demasiado, no veía la manera de cortar con la situación otra que o irme y dejarla plantada o aguantar, optando por lo segundo en detrimento mío (quizá en mi adulto me habría marchado, no veía modo de pararle con humor en ese momento). He constelado la proyección, que me mostró que yo estaba en la muerte, cansada, rodeada de muertos, hasta poder ir a la vida. Entiendo que su actitud autoritaria, la rabia que carga y que hube de soportar, me ha ayudado a salir de ahí. Le deseo lo mejor, y siento mucho aprecio por ella, pero me pregunto si es masoquismo volverla a ver. Recuerdo en un taller en el Instituto hace muchos años que se vio que yo estaba en el «buenismo» ante una persona que estaba sufriendo mucho, y comentaste que eso no servía, que necesitaba retirarme o esa persona me haría sufrir, sin poder hacer otra cosa (lo que comentas de que «el que sufre hace sufrir»). Me pregunto si es este el mismo caso, ya tras haber sanado esa proyeccion (al final, tras sanar mi proyección y ponerme frente a su representante, mi representante estaba cansada, recuperándose, y su representante comenzó a girar en movimiento de sanación, ahí se corto el ejercicio). Querría consultarte por favor, si gestionar esta amistad desde el adulto es entender aquello de que «no podemos bailar con todo el mundo» , o evitar quedar con ella es una manera de excluirla. Ella quiere volver a quedar y a mí no me apetece en absoluto volver a vivir eso. Gracias siempre por tu ayuda Brigitte. Un abrazo grande.
P.S. A las pocas horas de escribir esta entrada, de pronto siento que es una llamada para hacer algo respecto a mi «entorno de ocio», para el que hace un año se me mostró que «no tenía permiso» (de pronto me siento con energía para trabajar el tener amistades con las que tener entorno de ocio). Ha sido como una iluminación. Gracias de nuevo.
querida María,
conforme vamos evolucionando, nuestras amistades van cambiando. No puede ser de otra manera. Te ayudará a solta el apsado , a soltar esta mistad sin culpa, hacer el ejercicio, GRUPOS DE PERTENENCIA. Te puedes acercar a esta amiga, cuando te sientas en el adulto, y no hacerlo cuando no te sientes fuerte, os ayudará a las dos.
Enhorabuena por darte permiso para iniciar nuevas relaciones!!!
Un gran abrazo
Muchas gracias Brigitte, desde que escribí esta entrada el lunes pasado estoy en resolución con gripe!