Brigitte, las personas «brutas» y que están obcecadas en su punto de vista egoico me dan miedo y en el fondo envidia, porque solo se ven ellas y eso da más libertad que el patrón opuesto, aunque no es lo que quiero para mí.
El otro día me crucé con una conocida que es así y tomé conciencia de mi profundo patrón y sentí que ya no quería «agradarla» más allá de la educación y tomé conciencia de mi patrón miedoso y de la tendencia a la sumisión.
En ese miedo sentí lo pequeña que me siento ante el mundo, lo insignificante , y a la hora de la verdad, una persona de segunda tal y como me sentía en mí familia de origen. Siento impotencia ante todo esto es como que ya el daño está hecho, lo percibo como un iceberg con una raíz frondosa.
Hay algún ejercicio que me pueda ayudar a abordar esta herida de desvalorización?
Gracias Brigitte.
Hola María,
puedes hacer el ejercicio «Cambiar una decisión del guion de vida».
Muy cordialmente