Después de las vacaciones de verano vuelvo con una pregunta de trabajo, confiando en tus conectadas y sabias respuestas.
Me han ofrecido un trabajo a través de una antigua amiga a la que hacía meses no veía. Ella es la que me ha recomendado y lo curioso es que anteriormente esta misma amiga vetó la posibilidad de que yo entrara a la empresa, como compañeras en el departamento de marketing, ya que al dedicarnos a lo mismo en cierto modo siempre ha existido cierta rivalidad. Esto hizo que tomáramos distancia y hemos estado meses sin vernos ni mantener contacto. Antes del verano la ascendieron y ahora me ha escrito un email diciendo que buscan personal y que quería recomendarme. Me gustaría tu orientación para testar si esto es una compensación por lo que ocurrió hace unos meses o un regalo envenenado, ya que ahora ella sería mi jefa, y por tanto no debo enredarme más en este asunto. El trabajo me vendría muy bien para tener más estabilidad y seguir formándome como terapeuta, pero solo lo aceptaré si es una compensación positiva o polaridad de desórdenes anteriores, y no una forma de intrincarme más con esta persona o la empresa.
Muchas gracias
Hola Briguitte,
Creo que esto va a necesitar algo más. Te cuento lo que ha salido: en la primera opción me sentía como si mi cuerpo se estirara y creciera, pero no podía abrir los ojos y tenía la cabeza hacia abajo. Puse un cojín delante y pude abrir los ojos, dar su lugar al ancestro y mirar la vida, pero no pude moverme. Fue la opción de no aceptar la propuesta.
En la otra me fui al suelo en posición fetal para después ponerme de rodillas con la cabeza en el suelo. No podía salir de ahí, quiero decir levantar la cabeza. Tras un rato en esa posición me vino la frase “ahora soy una adulta” y en ese momento pude levantarme y mirar a la vida, pero tampoco podía moverme. Evidentemente era la opción de si aceptar, y tras un rato parada noté que bajó la energía y dejé el ejercicio.
Haré el ejercicio de los padres.
Gracias
Hola,
puedes experimentar cuál es la buena respuesta, poniendo dos lugares frente a la vida, con papeles cerrados de modo que no sepas cuál es cuál: «aceptar la respuesta» y «rechazar la respuesta». Te pones encima de cada papel y sentirás cuál va hacia la vida y cuál no.
Te ayudará para estar mejor en tu vida, en el trabajo y en la economía hacer el ejercicio «Ver a los padres como una unidad».
Muy cordialmente