querido Alfonso,
sabiendo que toda verdadera víctima se ha transformado en perpetradora también.
Y que el va de víctima lo hace para ocultar su faceta perpetradora.
Entonces, uno se puede preguntar ¿A quien estoy agrediendo con mi actitud? ¿A quien estoy haciendo responsable de mi frustración actual?
El ejercicio «Sanar la herida» es muy potente para soltar este victimismo.
Muy cordialmente