Querida Brigitte, de nuevo, muchas gracias por toda tu inmensa ayuda y las observaciones con que nos iluminas.
Desearía, por favor, pedirte consejo sobre una relación muy incómoda que tengo con una cuñada (mujer del hermano de mi marido), que me despierta una agresividad tremenda (…). Es una chavala jovencita (no sé si le sacaré casi 20 años), de origen filipino, muy social y extrovertida. Cuando la conversación no tira, cuando se aburre digamos, empieza a «pincharme» (…) y a tratar de medirse conmigo (…). En fin, siempre llega un momento en el que me hace sentirme tremendamente invadida. Me he planteado más de una vez si la relación colonial entre España y Las Filipinas en el pasado puede tener algo que ver con esto de algún modo a nivel inconsciente (es lo que tenemos en común en el pais en el que vivimos, en Irlanda). En fin, yo no sé si lo que percibo es cosa de mi imaginación, o cuestión de que soy hipersensible, pero es para mi todo un reto decirle «sí» a esto.
He aprendido gracias a tí, Brigitte, que cuando alguien nos molesta en realidad a un nivel profundo nos está haciendo un favor, y éste debe ser inmenso porque esta chica me molesta muchísimo, pero no consigo verlo. Te estaré inmensamente agradecida por cualquier observación o visualización que pudieras recomendarme.
Querida María,
Sí, pudiera tener que ver con que las dos soís de fuera y ella lo vive como que ¿cuál de las dos va a ser la «invasora» ganadora?…
Puedes hacer el ejercicio siguiente:
Imaginas delantae de ti a tu cuñada.
La miras a los ojos.
Le dices:
«Me has hecho daño.Dejo la responsabilidad contigo.
Soy igual que tú.
Ahora veo el daño que yo he hecho.
Asumo las consecuencias de mis actos”.
Veo el daño que mis ancestros han hecho a tus ancestros.
Gracias por ser como eres«.
Dirigido a algo más grande: “Por favor”.
@Brigitte
Querida Brigitte, muchas gracias por tu ayuda. He de reconocer que este ejercicio es todo un reto para mí, pero lo conseguiré hacer. Un fuerte abrazo.